En los negocios somos muy racionales y es que desde la Inteligencia Emocional nos enseñan a no decidir desde la emocionalidad, no decidir con los sentimientos a flor de piel. Y esto puede ser muy sano hasta incluso de bajo riesgo desde el punto de vista económico/financiero.
El problema está cuando esta práctica la llevamos a todas las áreas de nuestra vida y pretendemos ser Íntegros con sólo alinear el Pensamiento, el Decir y el Hacer.
El Hacer lo que Digo y Decir lo que Pienso me hace una persona Coherente, pero no Íntegra. Para lograr Integridad, debo sumarle a esta secuencia el Sentimiento